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es una ciudad sin guerra. El golpe de Estado de 1936 triunfa en el arranque de una acometida militar que sí tiene réplica en parte de la provincia. El frente andaluz traza una línea que divide el territorio y marca la máxima expresión de la pedagogía del terror con miles de ejecuciones que vertebran el genocidio fundacional de la dictadura de Francisco Franco. La barbarie golpista siembra una cifra estremecedora: 5.059 asesinados yacen en 79 fosas comunes, según el Mapa de Fosas andaluz. La realidad eleva las cuentas oficiales, quizás en varios miles. Solo en los cementerios de la capital cuentan 4.000 víctimas del franquismo. Hasta la fecha han sido recuperados los restos óseos de más de dos centenares de estos desaparecidos f"orzados. La exposición "Córdoba. Tierra con memoria" está confeccionada como una herramienta pedagógica y de promoción de los Derechos Humanos. Y muestra las intervenciones arqueológicas ejecutadas con resultado positivo. Episodios que unen la identificación genética de represaliados con la persecución a la guerrilla antifranquista en Sierra Morena. Un cordón que ata las primeras exhumaciones con criterio científico en La Guijarrosa y Santaella a la tarea iniciada en La Salud y San Rafael.


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acto de desaparición forzada constituye un ultraje a la dignidad humana”, arranca el artículo 1 de la ‘Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas’ que Naciones Unidas aprueba en 1992. “Ningún Estado cometerá, autorizará ni tolerará” esta “violación grave” de los Derechos Humanos, continúa el texto.
Andalucía es la región de España más castigada por la violencia golpista. La matanza fundacional del franquismo suma al menos 45.566 víctimas y 708 fosas comunes en suelo andaluz, según el Mapa de Fosas. Unos números que superan al terrorismo de Estado en las dictaduras de Argentina y Chile juntas.
La sociedad española necesita conocer y solventar esos crímenes contra la humanidad. Curar tales heridas como una deuda con el pasado, una necesidad presente y una obligación con el futuro democrático del país. Porque Memoria Histórica significa cultura de paz. Y verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.